Muse - Psycho https://www.youtube.com/watch?v=UqLRqzTp6Rk
Últimamente pienso demasiado si
hace un año no me equivoqué al tomar una de las decisiones más importantes que
he tomado hasta ahora: elegir carrera. Empecé entusiasmadísima allá por agosto,
convencida de que ingeniería biomédica estaba hecha para mi.
A estas alturas de curso y tras haber suspendido más en 7
meses que desde 4º primaria hasta 2º bachillerato, supone mucha fuerza de
voluntad no desanimarse para seguir estudiando y levantarse positiva cada
mañana para ir a clase.
Cierto es que del primer cuatrimestre está el 80% aprobado,
¿pero a qué precio? Quedarse sin uñas pero con ojeras, sin vida social pero a
cambio de tener todos los ejercicios de matemáticas hechos. ¿Realmente merece
la pena tal esfuerzo? Eso ya depende de cada uno y de sus prioridades.
Hace unas semanas hablaba sobre
esto con una buena amiga mía, llamémosla A, que también tiene la misma idea
rondándole la cabeza:
¿Me compensa ver como todas mis amigas salen, hacen cosas a
parte de estudiar mientras que yo solo rechazo plan tras plan por la misma razón?
“No puedo, tengo que estudiar” está en mi top 5 de “Las frases más dichas”
desde el 26 de agosto de 2015.
¿De verdad merece la pena todo este esfuerzo cuando hay
carreras mucho más fáciles de sacar y a las que hay que dedicarles muchas menos
comeduras de cabeza, noches en vela y decepciones tras ver un 1’25 en un examen
de matemáticas para el que habías estudiado 2 semanas?
Visto así parece que vaya a dejar la carrera mañana mismo,
pero nada más lejos de la realidad. Ingeniería biomédica probablemente sea la
mejor carrera que pudiera haber elegido en 2º bachiller. Por supuesto que hay
que meter muchísimas horas (y sudor y lágrimas puede que también dependiendo de
que profesor de física II te toque), pero si es lo que tengo que hacer para
hacer realidad mi sueño, lo haré, si es lo que tengo que hacer para poder
aportar mi pequeño granito de arena y poder ayudar a las personas, lo haré.
En época de exámenes la densidad
de momentos de flaqueza aumenta exponencialmente, por eso es muy necesario
tener a alguien, en mi caso yo tengo a mis padres, que te digan que merece la
pena y que te pongan ejemplos de cuando decías lo mismo cuando eras una enana y
preguntabas que a ver para que servía dividir o la tabla de multiplicar.
Pero sin duda, nada como ir de infiltrada a charlas para los
de 3º en las que veo que podré estar haciendo dentro de unos años, y así
alimentar esa automotivación que es tan necesaria. En estas charlas las
empresas bio exponen los proyectos llevan a cabo, hablan sobre maquinas,
procesos y nombrajos y no entiendes ni el 50% de las palabras que dicen. Pero
no hay que quedarse con lo que no sabes de lo que cuentan, sino con que dentro
de un par de años les podrás dar ideas y consejos de como mejorar sus
proyectos.
Puede que tras suspender una vez tras otra, tener una visión
optimista de tu futuro en esa carrera sea improbable, pero no imposible. Al fin
y al cabo, esto es una carrera de fondo, y no se trata de empezar a tope sino
de acabarla vivo.